Totes les víctimes del feixisme, tots els lluitadors antifeixistes represaliats pel franquisme, són les nostres víctimes. Nosaltres mateixos som víctimes de la dictadura perquè el dolor i la necessitat de justícia ha passat de generació a generació superant el silenci i la por. La Transició, per la que encara transitem, va oblidar els nostres familiars i amics, i a molts de nosaltres que vam lluitar contra la dictadura. Va oblidar la legalitat democràtica republicana i van adoptar com seva aquesta monarquia constitucional hereva del règim. Es van oblidar dels drets humans i sota una fictícia reconciliació, on els vençuts tornaven a perdre i els colpistes no havien de passar comptes pels seus crims, tot caminava cap l’oblit d’una gent lluitadora, que va patir totes les formes d’injustícia i terror imaginables. El genocidi no reconegut dels nostres antifeixistes ens porta a lluitar amb tota la nostra empenta pels seus drets.
Cada mes estem a la plaça de Sant Jaume demanant: Veritat, Justícia i Reparació. I també l’anul·lació dels judicis del franquisme. Judicis il·legals, de tribunals il·legals, d’un estat il·legal, que va gosar representar farses de judicis fent seure a la banqueta dels acusats els innocents, defensors de la legalitat democràtica, opositors legitimats a la dictadura.
Totes les víctimes són nostres, però al nostre cor portem unes molt especials, es tracta dels nostres familiars, dels nostres companys i companyes. Aquestes víctimes són les protagonistes d'aquest bloc que és una part de la nostra història personal. Dels fets, que podem llegir en aquest petit homenatge, han passat, en alguns casos, 7 dècades i encara hem de continuar exigint justícia pels vius i pels morts.
Nosaltres, les víctimes, ens preguntem fins a quan continuarà la impunitat del franquisme. Fins a quan?

FINS A QUAN?

miércoles, 11 de diciembre de 2013

ANTONIO CALZADA DÍAZ




Me llamo Antonio Calzada Díaz y sufrí la represión franquista en mis carnes. Vine al mundo en 1916 en La Campana, Sevilla, en una familia trabajadora con muchas bocas que alimentar lo que me llevó a casa de una tía en Nerva, Huelva. Desde mi juventud supe que tenía que defender los derechos de los trabajadores y me afilie a la CNT lo que me acarreó algunos meses de prisión en el 32 y el 34. En el 36 trabajaba de camarero en el Casino cuando el fascismo nos golpeó a todos los que nos comprometimos en la defensa de la República. Y por formar parte de esa defensa tuve que huir para entregarme unos meses después ante el acorralamiento que estaba sufriendo. Acabé con una pena de muerte conmutada y un periplo por varias prisiones hasta que en 1944 salí en libertad, aunque no me dejaron ser libre. Con cincuenta años tuve que irme donde no podían pedirme salvoconducto alguno, vivía entonces en L'Hospitalet de Llobregat. Y aún después de muerto mi familia tuvo que sufrir la pena y la humillación de la presencia de la Guardia Civil en mi propia casa para un control. ¿Cuándo se me hará justicia? ¿Y a mi cuñado fusilado? ¿Quién encontrará a mi cuñado desaparecido? 




















Flor Calzada Díaz, hija de Antonio Calzada.

Mi padre, Antonio Calzada Díaz, nació en La Campana (Sevilla), el 11 de diciembre de 1916; hijo de Antonio y Dolores. A corta edad, por problemas de manutención en la familia, que tenía cinco hijos, deciden llevarlo a vivir con una tía a Nerva, provincia de Huelva. 

Empieza a trabajar desde muy joven como camarero en el Casino de la localidad de Nerva y también desde muy joven es consciente de la necesidad de la organización para defenderse contra la explotación, en la mina o en cualquier otro trabajo. Se afilia al sindicato anarquista CNT y ocupa el cargo de vicesecretario. Es detenido por primera vez en 1932, a la edad de dieciséis años, y por segunda vez en 1934 por sus ideas políticas, quedando fichado. 

El 14 de abril de 1931 las izquierdas ganan las elecciones y se constituye la segunda República. Cuando el 18 de julio de 1936 los fascistas dan el golpe de estado contra el gobierno legalmente constituido, él se pone al servicio del pueblo y forma parte del Comité de Defensa. Ante la inminente entrada de las tropas fascistas, y por temor a la represión, huye junto a muchos compañeros. Nerva se rinde a finales de agosto de 1936. 

Mi padre se entrega el 11 de febrero de 1937. Le juzgan en Nerva el 24 de mayo del mismo año junto a ocho compañeros: Domingo Cerrato Vázquez, Julián García Rodríguez, Francisco Lípez Moya, Nicasio Martín Marín, Manuel Morales Lancha, José María Pérez García, Manuel Rodríguez Murto, Eloy Romero Navarro, y él, Antonio Calzada Díaz. Es juzgado por delito de rebelión militar y condenado a 
muerte. 

Durante el juicio algunos testigos declaran que Antonio Calzada Díaz era vicesecretario de la CNT, conocido hombre de acción muy peligroso y que formó parte de un «comité revolucionario ilegal»; que alzado en armas, patrulló armado con una pistola; que ya tenía historial de detención por la colocación de petardos; y que participó en la quema del casino y en el asalto a casas de familias «honorables» de Nerva conocidas por su anti-marxismo. 

El 12 de junio de 1937 a través de un escrito, se le conmuta la pena de muerte por 30 años de condena. El 19 de agosto de 1937 lo trasladan al penal del Puerto de Santa María (Cádiz). El 2 de agosto de 1938 lo vuelven a trasladar, ahora al penal de El Dueso (Santoña, Santander), donde permanece en prisión hasta el 30 de enero de 1944, año en el que sale en libertad condicional. 

Vuelve a Nerva para casarse con mi madre, a la que conocía de antes de la guerra pues había sido compañero de militancia de los hermanos de ésta, uno de ellos fusilado, otro muerto en el frente. Desterrados de Nerva, se marchan al pueblo natal de mi padre, La Campana (Sevilla), donde nacemos mis dos hermanos y yo. 

A mi padre no se le permitía salir del pueblo sin permiso de la Guardia Civil, salvoconducto que necesitó cuando emigró a Barcelona en 1964. Allí siguió controlado por las autoridades Franquistas, apareciendo por casa la Guardia Civil para un control incluso después de muerto. Murió en 1966 con cincuenta años y está enterrado en el cementerio municipal de Hospitalet de Llobregat (Barcelona). 

Me gustaría que con este escrito, su nombre y su lucha queden siempre vivos en la Memoria, junto a la de miles de hombres y mujeres que dieron lo mejor que tenían y que perdieron la vida defendiendo sus derechos y la legitimidad de lo elegido en las urnas.

Micro Biografía descargada de www.todoslosnombres.org 

3 comentarios:

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  2. Que HDLGP éstos franquistas, con éstas denuncias por lo menos la gente joven se entera de las atrocidades que cometieron éstos criminales. Un testimonio conmovedor!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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